Donald Trump quiere postergar las elecciones presidenciales en Estados Unidos

Desesperado por ganar tiempo para remontar en las encuestas, el presidente Donald Trump sugirió este jueves por primera vez que las elecciones generales de noviembre en Estados Unidos pueden ser las “más fraudulentas” de la historia y que deberían ser aplazadas.

Si bien el presidente ya ha coqueteado alguna vez con la idea de posponerlas, es la primera vez que lo dice directamente y encendió todas las alarmas en Washington: es una señal de que Trump está preparando el terreno para no aceptar un posible resultado adverso y quitar legitimidad a un eventual triunfo de su rival Joe Biden.

El clamor del presidente se dio justo cuando el Departamento de Comercio reveló que la economía se achicó un 9,5% entre abril y junio, la peor caída de la historia. Anualizado ese porcentaje asciende al 32,9%.  Conviene apuntar que el tuit de Trump sobre las elecciones es oportuno para desviar la atención de los números en rojo. 

“Con el voto universal por correo (no el voto en ausencia que es bueno) 2020 será la más IMPRECISA Y FRAUDULENTA elección de la historia”, tuiteó el presidente. “Será una gran vergüenza para EE.UU. Demorar la Elección hasta que la gente pueda votar de manera debida y con seguridad???”, sugirió.

No hay pruebas de fraude electoral generalizado en la votación por correo, incluso en estados que votan exclusivamente por esa vía. Tampoco Trump tiene la autoridad para cambiar la fecha de la elección, que está fijada por ley, y cualquier modificación debería hacerla el Congreso.

La Constitución establece, además, que el mandato presidencial no puede extenderse más allá del 20 de enero, o sea que si las elecciones se postergaran después de esa fecha quien debería asumir la presidencia sería el titular de la Camara de Representantes, en esta caso la demócrata Nancy Pelosi.

El tuit de Donald Trump donde habla de retrasar las elecciones.

La Casa Blanca oficialmente ha negado varias veces que Trump tenga algún interés en cambiar la fecha de las elecciones, que están previstas para el 3 de noviembre, siguiendo la tradición electoral de Estados Unidos, que las fija siempre para el primer martes de ese mes. Pero varios aliados del presidente ya habían deslizado anteriormente la posibilidad de aplazarlas.

Es que el presidente está cada vez más lejos, al menos por ahora, de volver a conquistar la Casa Blanca, como es su deseo. Está hoy muy complicado en las encuestas, que lo ubican 8,4 puntos por debajo de Biden a nivel nacional (según promedio de encuestas de RealClearPolitics) e incluso en estados clave como Florida, Pennsylvania o Wisconsin, distritos en los que consiguió imponerse en 2016.

El presidente necesita desesperadamente tiempo para poder remontar en los sondeos y se esperanza básicamente en dos temas: quiere presentar la vacuna contra el coronavirus antes de los comicios pero, sobre todo, busca que la economía post pandémica empiece a dar señales de recuperación.

Él siempre se ha presentado como un hombre de negocios y como alguien experto en restaurar la marcha del país y era su gran apuesta para noviembre.

Las encuestas pre-pandémicas lo acompañaban. Pero el Covid19 trastocó su gran bandera y el PBI de Estados Unidos cayó dramáticamente, como también el empleo. Su actitud ante las marchas contra el racismo y la brutalidad policial lo complicaron mucho también. Pero el rebrote del coronavirus que se está viendo en estas últimas semanas dañó aún más profundamente la estrategia electoral del presidente, que tuvo que admitir la realidad: el virus golpeará por mucho tiempo y la economía tardará en recuperarse más de lo previsto.

En este escenario, a Trump le vendría muy bien que se aplazaran las elecciones y el tema del voto por correo le ha dado una excusa para sugerirlo. Él ya venía advirtiendo que estaba en contra del sistema de votación anticipada por correo, algo que los demócratas alientan para que la gente no se aglomere el día de los comicios. Trump sabe que los votos que la gente emita hoy en sus sobres no lo beneficiarán demasiado por la actual situación. Prefiere que el votante decida más adelante.

Además, estos meses ya se han registrado varios ejemplos en las primarias que preocuparon al presidente porque en estados que cambiaron mayoritariamente al sistema de voto por correo mostraron que hubo más sufragios que en el pasado. Los demócratas apelan precisamente a que el electorado salga a movilizarse en masa contra Trump.

Ya en abril el candidato Biden había advertido que el presidente intentaría aplazar las elecciones para intentar ganarlas. “Creo que va a tratar de aplazar las elecciones de alguna manera, con cualquiera excusa para que no se puedan hacer”, dijo.

Aunque no pueda cambiar la fecha, el presidente ya viene instalandola idea del fraude. Incluso, en una entrevista la semana pasada se negó a confirmar si aceptará el resultado de las elecciones en caso de que sea derrotado.

A Trump no le gusta perder a nada: el fraude puede ser una buena excusa para quitar legitimidad a un posible triunfo de Biden y no admitir el golpe al ego que sufrirá si los estadounidenses deciden en las urnas que se vaya de la Casa Blanca.

Fuente: Clarín