Santo Tomé fue sede de un taller participativo sobre el cambio climático

Santo Tomé fue seleccionada junto a otras dos poblaciones de América Latina –Santa Ana (El Salvador) y Dosquebradas (Colombia)–, para ser parte de un proyecto internacional de investigación y acción sobre desarrollo urbano resiliente al clima.

En este marco, los días 22 y 23 de junio la ciudad fue sede de un taller de planificación participativa coordinado por prestigiosas organizaciones no gubernamentales, como la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN), el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional de Canadá (IDRC) y la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA).  

El taller se llevó a cabo en el edificio de la Vieja Usina Eléctrica y tuvo como objetivo reunir los aportes de distintos actores sociales para construir un portafolio de propuestas pensando en los desafíos del cambio climático y la gestión de riesgos de desastres.

“Se trata de una instancia participativa, a partir de propuestas generadas desde ONGs de nivel internacional que trabajan sobre las consecuencias del cambio climático y las estrategias que adoptan las ciudades para considerar este fenómeno en su desarrollo”, explicó la intendente Daniela Qüesta, quien estuvo presente en la apertura del evento.

“Como gobierno municipal nos interesa que organismos especializados externos al municipio nos brinden un diagnóstico acerca de nuestra situación, acerca de todo lo que hemos hecho y lo que todavía falta por hacer en esta materia”, añadió la mandataria.

En este sentido, Qüesta expresó que el taller “representa una oportunidad para que reflexionemos sobre qué y cómo hacemos desde el Estado y la sociedad civil para afrontar los desafíos del cambio climático que ya estamos percibiendo y que afecta, en particular, a los sectores más vulnerables de nuestra población”.

Por su parte, Jorgelina Hardoy, coordinadora del Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo de América Latina, explicó que el taller fue el corolario de “una proceso que involucró diagnósticos, entrevistas y visitas a diferentes lugares de la ciudad”.

“El proyecto que estamos llevando adelante apunta a una planificación participativa. El objetivo es concretar un portafolio de acciones que le pueda servir a cada una de las tres ciudades involucradas, a través de información y herramientas que orienten la toma de decisiones”, completó.

En la oportunidad, además estuvieron presentes el secretario de Gobierno, Norberto Lavatiatta; el presidente del Concejo Municipal, Martín Giménez, el secretario de Salud, Medio Ambiente y Acción Social, Mario Montenegro; entre otros funcionarios municipales y concejales de la ciudad.

Ciudades Resilientes al Clima

Bajo el título “Santo Tomé frente al cambio climático”, el taller se enmarcó en la Iniciativa Ciudades Resilientes al Clima en América Latina (CRC), un programa de investigación y acción desarrollado por la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN), el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional de Canadá (IDRC) y la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA).

El objetivo general de la iniciativa CRC (de 15 meses) es identificar y promover soluciones para un desarrollo compatible con el clima en ciudades medianas y pequeñas con rápido crecimiento urbano, y tiene como fin último mejorar las condiciones de vida de aquellos más afectados por el cambio climático. 

El proyecto es liderado por un consorcio de cuatro organizaciones, cada una en contacto con equipos locales. En Santo Tomé, el trabajo está a cargo del Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED – América Latina), bajo la coordinación general de Jorgelina Hardoy.

El proceso de investigación busca promover la acción y el desarrollo de políticas, fortalecer capacidades para el proceso de planificación y la implementación de prácticas a través de diálogos, grupos focales, y talleres comunitarios, generando puentes entre la planificación y la implementación de acciones. El proceso de investigación busca promover el desarrollo de procesos participativos que involucran a representantes del gobierno local y central, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, el sector privado y entidades que apoyen a los ciudadanos más vulnerables.