Interés General — 10.12.2024 —
Un año de gestión sin resultados visibles
El balance del primero de los cuatro años de Miguel Weiss Ackerley como intendente de Santo Tomé deja sabor a nada. Un estilo de conducción cerrado, falta de transparencia y promesas incumplidas dan como resultado una ciudad que sigue padeciendo los problemas de siempre.
Por Guillermo Schmidt
El balance del primer año de gestión de Miguel Weiss Ackerley como intendente de Santo Tomé deja un saldo poco alentador. Las expectativas generadas durante la campaña que lo llevó a la intendencia contrastan con una realidad en la que la falta de logros palpables, un estilo de conducción cerrado y la carencia de transparencia marcan la dinámica del gobierno local.
Desde la prestación de servicios públicos básicos hasta los grandes compromisos, como la modernización del Plan Director, la gestión concluye 2024 sin resultados positivos. Más allá de que la crisis económica nacional podría servir como atenuante, el municipio enfrentó dificultades organizativas y financieras, evidenciadas, por ejemplo, en la ausencia de un presupuesto para 2024 y en una inexplicable demora en la presentación del correspondiente a 2025.
El estilo de conducción del intendente, caracterizado por la toma de decisiones en un círculo reducido, parece ser uno de los principales obstáculos. Esta falta de apertura ha limitado la capacidad del gobierno para generar consensos y articular soluciones efectivas a los problemas de la ciudad.
Transparencia cero
Pese a algunas críticas y pedidos formales presentados ante el Concejo y el municipio, el intendente eligió ocultar información pública básica. En ese marco, se desconoce la nómina de funcionarios políticos que forman parte de la actual gestión. Probablemente esta decisión obedezca a que la cantidad de cargos es superior a la de períodos de gobierno anteriores.
Más inquietante aún es que tampoco se dan a conocer detalles sobre los compromisos que asume la municipalidad, ya sea mediante licitaciones, concursos o contrataciones directas. La modalidad preferida de este gobierno fue la última de las tres mencionadas, amparándose en las emergencias (vial y de servicios públicos) aprobadas por el Concejo. Esta situación derivó en que los recursos públicos sean manejados a discreción, sin rendición de cuentas.
En el contexto mencionado, se desconoce, por ejemplo, cuánto dinero se invierte en la tercerización parcial de algunos servicios, derivados a empresas privadas. Del mismo modo, tampoco se difundió información sobre las escasas intervenciones realizadas en calles puntuales; trabajos que fueron, a todas luces, precarios y no tuvieron durabilidad.
Los problemas de siempre
Durante gran parte del año, la recolección de residuos domiciliarios y de basuras generales se prestó de manera restringida y con insuficiencias. Recién en los últimos dos meses se pudo diagramar un esquema ampliado con el que e Ejecutivo intenta mejorar la prestación.
La calidad del servicio de agua potable no mostró avances. Por el contrario, semana tras semana se registraron interrupciones en el suministro en distintos sectores de la ciudad. En muy pocos casos, esos cortes fueron anunciados y casi siempre tomaron por sorpresa a los vecinos.
En cuanto a las calles, como ya se mencionó, las intervenciones fueron escasas y de dudosa calidad. La red vial de Santo Tomé, desde las arterias principales hasta los barrios más alejados del centro, está en peores condiciones que hace un año.
En síntesis, a excepción del nuevo esquema de recolección de residuos (que no es otra cosa que volver al diagrama de 2023), en un año el gobierno de Miguel Weiss Ackerley no presentó ningún tipo de planificación para mejorar la prestación de los servicios enumerados.
Promesas incumplidas
Además de las propuestas de campaña que auguraban una mejora en los servicios e incluían la creación del Obrador Municipal N.º 3 en el sur de la ciudad -que no se concretó-, el intendente tampoco avanzó en los grandes desafíos que planteó al asumir.
La modernización del Plan Director, herramienta vital para ordenar el crecimiento de la ciudad, fue una de las promesas centrales del intendente el día de su asunción, pero no hubo ni un solo paso en ese sentido. El 10 de diciembre de 2023, Weiss Ackerley planteó la necesidad de avanzar en esa reforma “para levantar las barreras que hoy están impidiendo el progreso de la ciudad y hacer que lleguen mayores recursos para invertir en infraestructura y en mejorar la calidad de los servicios”.
Las obras de la Provincia, el único alivio
Ante el oscuro panorama que deja el balance a nivel local, las obras impulsadas por el Gobierno provincial representan una bocanada de aire fresco para Santo Tomé. Entre las inversiones más destacadas se encuentra la construcción del nuevo puente a Santa Fe, con un presupuesto de más de 37.500 millones de pesos.
Además, la Provincia destinó más de 1.270 millones de pesos para la repavimentación integral del Acceso Norte, una obra largamente postergada que, aunque el camino sea menos utilizado tras la rehabilitación del puente Carretero, sigue siendo esencial para la conectividad de la región.