Avanza el relevamiento nutricional de niños y niñas de nuestra ciudad

El relevamiento de la situación nutricional de los niños y niñas de Santo Tomé, que comenzó en barrio El Chaparral, continuó el pasado sábado en el salón de Cáritas ubicado en la zona de Vías Muertas. “Es muy prematuro dar un diagnóstico general, pero detectamos muchos casos de sobrepeso por malnutrición. También tenemos algunos datos de laboratorio que nos indican que hay parásitos y eso nos muestra la calidad del agua a la que acceden”, adelantó la concejal Florencia González.

La legisladora además agregó que en total se llevan relevados 60 niños de ambos barrios,  20 de ellos de la zona de Vías Muertas. “Queremos llegar a una muestra de 100 niños y niñas, y a partir de ese número vamos a trabajar sobre un informe concreto para ponerlo a disposición del municipio, de las instituciones, para empezar a trabajar en propuestas concretas que puedan dar respuesta a las distintas problemáticas que se releven”, anticipó Florencia González. 

Trabajo en conjunto

La tarea se lleva adelante junto con la Asociación Manitos Solidarios y voluntarios de la Universidad del Litoral. “Es muy importante para nosotros reivindicar el trabajo en red de las instituciones de la ciudad, sobre todo en estos temas que requieren de miradas expertas y profesionalismo en el desarrollo de la investigación”, indicó la edil.

Por su parte, Érica Rodriguez de Manitos Solidarias sostuvo: “Decidimos poner a disposición de esta propuesta nuestros recursos humanos y materiales, porque entendemos que las instituciones de la sociedad civil deben servir a toda la comunidad, para poder brindarle una mejor calidad de vida a las personas". 

Metodología

Con relación a los aspectos que se relevan, Rodriguez señaló tres indicadores que son esenciales en la vida de los niños: “el estado nutricional, el estado enteroparasitológico y las condiciones socioambientales”. El primer indicador se estudia mediante una evaluación antropométrica que busca detectar casos de malnutrición, ya sea por déficit o por exceso, en niños no mayores de 12 años. 

"En los niños de hasta 2 años, cuando llega la madre con el pequeño, tomamos los datos de peso, talla y perímetro cefálico, con la entrega de dos frascos colectores. En el caso de los chicos de 2 a 12 años hacemos lo mismo, pero sin el perímetro cefálico", la referente de Manitos Solidarias. 

En tanto, en función de la segunda variable, se recolectan las muestras de materia fecal para analizar la presencia de enteroparásitos. En cuanto al tercer indicador, estudia la situación general en la que viven los chicos, teniendo en cuenta aspectos y características del lugar que habitan, como por ejemplo: acceso al agua potable y al gas natural, disposición de excretas, material de construcción de sus casas, si existe o no condición de hacinamiento en la misma, la recolección de residuos, el estado de las calles y de las viviendas.

Respuesta concreta

Con relación a la importancia de contar con estos datos, afirmó: “Conocer el estado nutricional, en primera instancia, nos permite actuar concretamente sobre la problemática. Ver qué estrategias podemos utilizar para que los chicos mejoren su estado nutricional, en el caso de que este sea deficiente o no sea adecuado. El estudio parasitológico, por otra parte, nos da una idea del estado de salud general del barrio y de las condiciones en la que los chicos viven".

En este sentido, Florencia González afirmó: "En la niñez es donde se sientan los pilares y las bases de todo ser humano, por eso nos parece muy importante que se pueda realizar este trabajo, que nos permita encontrar y trabajar con los chicos que hoy se encuentran malnutridos, ya sea con bajo peso o con exceso de peso. Asumir la prevención como un instrumento de política pública, cuando de malnutrición se trata, permite desactivar la posibilidad de exclusión y eso nos hace avanzar en la construcción de una Santo Tomé más inclusiva".