Provinciales — 06.11.2018 —
El gendarme baleado en la triple fuga se conmovió en pleno juicio
José María Valdez dijo que volvió dos años después al campo donde recibió un disparo y rezó "un padrenuestro"
Por: santotoméaldía / Fuente: Uno Santa Fe
José María Valdez, el comandante de la Gendarmería Nacional que en enero del 2016 fue baleado en su brazo derecho cuando advirtió la presencia de Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci en un campo de la zona rural de Matilde, contó cómo fue el crucial encuentro con los evadidos del penal de General Alvear.
Sus dichos fueron en el marco del juicio oral y público que tuvo su inicio ayer en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe y por el cual los exprófugos son juzgados por el ataque armado a un miembro de Gendarmería (en el caso de Martín Lanatta), haber sustraídos sus pertenencias, robado un vehículo de la fuerza no identificable y haber dañado una VW Amarok oficial en el inicio de la celebre y cinematográfica fuga por suelo santafesino.
Este martes se llevó a cabo la segunda audiencia en la cual continuaron más testigos, entre ellos, Valdez. En tanto, este próximo miércoles, el tribunal definió que se realice una inspección ocular en la zona del campo donde ocurrieron los hechos que investigó la Justicia federal de Santa Fe tras la triple fuga.
Sobre cómo se orquestó
Durante su relato, Valdez, que para ese entonces se encontraba a cargo de la Unidad de Procedimientos Judiciales de Rosario de la Gendarmería, contó que la noche anterior al 7 de enero del 2016 fue informado por el comandante Luis Brignoni sobre un procedimiento que se iba a llevar a cabo en las inmediaciones rurales de San Carlos, en el departamento Las Colonias.
En aquel entonces su superior le indicó que prepare un total de 12 equipos para ejecutar tres allanamientos en viviendas de zonas rurales ya que existía el dato de que podrían encontrarse, para ese entonces, los prófugos más buscados del país. Del operativo participaron también gendarmes de Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa, los cuales arribaron en las primeras horas del 7 de enero a un punto de encuentro establecido. Los allanamientos se ejecutaron pero ninguno dio resultado positivo.
Cuando amaneció, la orden de los superiores de Gendarmería fue que el procedimiento se centre en entrevistar a los moradores de distintas propiedades ubicadas en cercanías a las viviendas allanadas por la fuerza y así establecer si se había advertido un movimiento raro o alguna persona extraña.
Hombres en la soja
Tras detallar cómo se habían llevado a cabo los procedimientos, Valdez indicó al igual que Roberto Aníbal Encina, quien declaró el lunes, cómo fue el momento en que vio a los prófugos en un campo sembrado con soja.
"¿Viste las tres cabezas?", recordó el gendarme sobre lo que le dijo a Encina mientras circulaban a bordo de la Citroën Berlingo blanca. Con sospechas sobre quiénes podrían llegar a ser esas personas, Valdez fue hasta el campo con el fin de identificarlas.
Cuando se adentraron en el campo, el testigo aclaró que se identificaron como miembros de la fuerza y en ese momento, a una distancia de 200 metros, tres personas se levantaron del suelo y dijeron ser policías. "Nos llamó la atención que tenían camperas azules pero no tenían birretes", explicó ante el tribunal.
Al ver la superioridad en armas de fuego, Valdez contó que se fue separando de Encina y fue allí cuando su compañero terminó reducido por los sospechosos. En tanto, él se quedó en posición de tiro mientras era apuntado por un hombre que portaba un arma de fuego Tipo FAL.
"Yo estaba en una posición de tiro hasta que levanto las manos", indicó Valdez. "Cuando levanto las manos, esta persona tensa el rostro y me dispara", resaltó el comandante víctima. "Yo ví tensar los músculos, él cambió la mirada sobre mí", destacó.
"En estas situaciones hay momentos que son segundos y que parecen eternidad", agregó el gendarme.
Valdez explicó después que tras el ataque armado, el tirador le robó su arma de fuego, el chaleco, el cual no recuerda de qué color era, y el handy que portaba en ese entonces.
"¿Tuvieron posibilidad de matarlo?", preguntó el defensor de los imputados, Julio Agnoli, a lo que el testigo declaró: "Yo pienso que sí". "¿Y por qué le parece que no lo mataron", repreguntó nuevamente el abogado, "Ahí no sé", dijo Valdez.
Desde Ezeiza
El interrogatorio continuó con la exhibición de las armas que fueron secuestradas en el marco de la causa que tienen los prófugos en la Justicia provincial. En ese momento, el asistente de los prófugos en el penal de Ezeiza, Ricardo Fessia, interrumpió y pidió a la jueza María Ivón Vella, tras la solicitud de los imputados, que se puedan ver las armas a través de una de las cámaras.
El pedido generó que un secretario de cámara sujete primero un FAL y lo levante con su brazo hacia una de las cámaras de sala. Lo mismo hizo con una carabina M4, una ametralladora y dos armas de fuego calibre 9 milímetros.
El reconocimiento y quiebre
Antes de culminar el interrogatorio, Valdez confirmó que quien le disparó era uno de los tres imputados. "A mí el que me enfrenta es Martín Lanatta, los otros dos fueron con Encina", sentenció.
El gendarme, que en la actualidad presta servicio en la embajada Argentina en Paraguay se quebró en su relato cuando el fiscal general, Martín Suárez Faisal, le preguntó si había regresado al campo donde ocurrió el ataque en la mañana del 7 de enero del 2016.
En este sentido, explicó que luego de realizar un procedimiento en la ciudad de Reconquista, a la vuelta, pasó por el campo donde estaban los prófugos. "Fue un golpe difícil", dijo y se quebró.
— ¿Qué hizo cuando estuvo en el campo?
—Recé un padrenuestro.