Unos 400 docentes santafesinos debatieron sobre la jornada escolar extendida

La ciudad de Santa Fe fue el escenario de un masivo encuentro de la comunidad educativa, donde se debatió acerca de la propuesta de ampliar el horario escolar. El mismo se desarrolló en la sede de Festram, y fue organizado por el concejal Paco Garibaldi, anterior presidente de la comisión de educación de la Cámara de Diputados provincial, junto a la diputada provincial, Clara García.

La iniciativa surgió a raíz de la medida impulsada por el Gobierno Nacional para incrementar el horario de clase en las escuelas y su aplicación en el ámbito local. Desde la organización resaltaron la necesidad de crear “espacios de debate y reflexión, que permitan un intercambio de ideas y experiencias, que hoy docentes y directivos no tienen, y son ellos, en definitiva, quienes están en contacto directo con la realidad educativa de cada territorio”.

En este sentido, Garibaldi remarcó que "es necesario mejorar la calidad educativa en Santa Fe. El anuncio del gobierno nacional sobre la jornada extendida fue improvisado y desde el origen no tiene un profundo análisis para aplicarse y por eso aún quedó en apenas un bonito anuncio. Hay que planificar y articular seriamente todo lo relacionado con educación; es por las familias y por quienes integran el sistema educativo, fundamentalmente los estudiantes, docentes y directivos. Vemos con gran preocupación, y lo venimos marcando desde el comienzo de la gestión, tanto a nivel federal, como la de la cartera educativa del gobierno de Perotti, que en materia de educación son manejados por la improvisación y las marchas y contramarchas son constantes. Cuando nos preguntan si estamos a favor de la jornada extendida, remarcamos que nos parece una medida positiva, pero que es fundamental que en ese tiempo se pongan en marcha nuevas estrategias para la mejora de la calidad de los aprendizajes y sobre todo que las escuelas estén preparadas para afrontarlo”.

También hizo uso de la palabra la legisladora Clara García, quién dijo que “la pandemia sin dudas puso un punto de quiebre en el sistema educativo, pero para alguien que está en gestión esto no puede ser un impedimento, porque el Estado cuenta con las herramientas para poder generar, organizar y mejorar todos los espacios que nuestra sociedad necesita. Sólo hay que tener voluntad, decisión política, un plan claro y, sobre todas las cosas, mucho, mucho trabajo. Nada de todo esto está pasando a nivel nacional y mucho menos a nivel provincial, este gobierno ya lo demostró en más de una oportunidad, ¿por qué habría de cambiar en esta última parte de la gestión?”, destacó la diputada Clara García.

Sobre el final de la actividad, ambos referentes del Partido Socialista hicieron alusión a “que los dos años de pandemia profundizaron problemáticas educativas preexistentes y que resulta necesario poder dedicar más tiempo a aprendizajes significativos, mejorar la lectoescritura y la matemática, pero siempre con un plan. Por eso hay que retomar los debates en educación, que son necesarios y dan herramientas para el trabajo en las aulas”.

Por su parte la invitada principal a este encuentro, que cuenta con una extensa trayectoria en el estudio de la educación de nuestro país, Guillermina Tiramontti, analizó: “La idea que aumentar el tiempo en las aulas es beneficioso viene de observar a los sectores de elite asistir a escuelas de doble escolaridad, que en realidad responde a una intención de socialización cerrada. Cuando se observan experiencias, no se destacan cambios rotundos en los saberes básicos por el sólo hecho de agregar horas, distinto es cuando se incluyen contenidos como idioma extranjero, talleres, arte. El tiempo por si solo no produce cambios, sí un tiempo eficientemente utilizado y con instrumentos adecuados”.

Experiencia santafesina

En Santa Fe, las jornadas escolares extendidas fueron una propuesta durante la gestión del Frente Progresista, implementada a partir del año 2014 en 4to y 5to grado y que apuntaba a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, sumando dos horas diarias a la jornada escolar, y de forma obligatoria, en establecimientos priorizados. Además, la extensión horaria implicaba también que los estudiantes almuercen en la escuela.