En una final anticipada, Irlanda venció 13-8 a Sudáfrica en el Mundial de rugby

En un choque de potencias, Irlanda, con su característico orden, contrarrestó a una contundente Sudáfrica y la derrotó por 13-8 en la tercera fecha de la Copa del Mundo. De esta forma, el seleccionado que ocupa el primer lugar en el ranking mundial tiene muy encaminada su clasificación a los cuartos de final del certamen, instancia que nunca en su historia pudo superar. 

Pese a lo friccionada que estuvo la primera parte, los hombres de Andy Farrell lograron hacer la diferencia al dominar la posesión de la pelota la mayoría del tiempo, aunque no fueron capaces de reflejar todo ese dominio en el marcador. Esto se debió principalmente a la gran defensa de su rival, quien se hizo fuerte en el contacto, los tackles y el buen posicionamiento de todas sus líneas. De esta forma, Manie Libbok abrió el score con un penal.

A su vez, otra de las razones por las que Irlanda no logró hacer valer su postura, fue la incapacidad de romper lo estructurado de su propio juego, el cual se basó en pases cortos al espacio, algo que Sudáfrica le controló desde el principio. Recién sobre el final del primer tiempo, tras tanto insistir y arrinconar cada vez más al campeón defensor, Mack Hansen con un try logró dar vuelta la historia, para de esta forma irse al descanso en ventaja por 7-3.

En el complemento, los Springboks tomaron la iniciativa desde el inicio con la verticalidad y fluidez que tanto los caracteriza. Así, no demoraron en encerrar al Trébol en sus propias 22, lo cual terminó derivando en la conquista de Cheslin Kolbe para que nuevamente estén en ventaja en el marcador, algo que de todas formas les duró poco, ya que Johnny Sexton anotó rápidamente un penal.

A partir de ese momento, los hombres de Jacques Nienaber intensificaron su dominio. No obstante, Irlanda, tras sufrir y mucho en el inicio del segundo tiempo, terminó neutralizando los ataques de un equipo que no solamente perdió su profundidad, sino que además tampoco supo aprovechar los penales que tuvo a favor.

De a poco, el Trébol fue llevando el partido a un ritmo trabado que le convenía para que Sudáfrica pierda su fluidez. Al mismo tiempo, Jack Crowley acertó otra patada, la cual le dio números finales al duelo, y sentenció el triunfo europeo.